Nosotros estuvimos allí


En aquellos tiempos la Universidad era el caldo de cultivo de muchos movimientos sociales. Éramos estudiantes comprometidos. La guerra de Vietnam era el centro de casi todas nuestras protestas contra el Gobierno, que hasta mil novecientos setenta y tres no decretó la retirada de las tropas del conflicto y el cese de su intervención directa.

Por aquél entonces tú y yo ya conocíamos los postulados del senador Nelson y nos habíamos vuelto dos de los activistas más comprometidos de nuestra universidad. Hacíamos reuniones de estudiantes semi-clandestinas para concienciarlos de los problemas medio-ambientales. Muchas veces la policía acababa actuando para disolvernos y tú y yo corríamos agarrados de la mano huyendo de la brutalidad policial.

No fue raro, entonces, que supiéramos, casi de primera mano, que se estaba preparando una gran manifestación popular donde las personas de todo el país pudieran mostrar su preocupación por la manera en que se estaba gestionando el tema medio ambiental a nivel nacional. Recuerdo con cierta nostalgia las reuniones en las que participamos con miembros del gabinete del senador intentando encontrar la fecha más adecuada para nuestra protesta. A mí me parecía más oportuno celebrarla el día del equinoccio de verano en el hemisferio norte; sin embargo al final, tras muchas discusiones, se decidió celebrarla el día del equinoccio de primavera, es decir el veintidós de abril, el día que a tí te parecía más adecuado desde el principio, imbuida todavía por el espíritu liberal del mayo del sesenta y ocho parisino que tanto nos había calado.

Recuerdo que ese día de mil novecientos setenta fue especialmente soleado, recuerdo como íbamos juntos tú y yo, felices por haber conseguido plasmar todo el trabajo en un gran día de concienciación social que, de una forma u otra, convocó a más de veinte millones de personas. Recuerdo también que, posteriormente, fuimos los encargados de impulsar la plataforma de difusión y discusión sobre el medio ambiente en nuestra universidad. Recuerdo como nuestras protestas tuvieron al final sus primeros frutos y ese mismo año el Presidente Nixon creó la Agencia de Protección Medio Ambiental; ese mismo año el Congreso promulgó la Ley del Aire Limpio y el senador Nelson fundó la Red del Día de la Tierra que como institución de carácter global, promueve la celebración del día de la Tierra como una instancia de reflexión y acción en favor del medio ambiente. Esta red busca favorecer el compromiso cívico de los escolares, educar a los ciudadanos como consumidores responsables y movilizar a los medios de comunicación, a las escuelas y a los gobiernos locales en torno a acciones de protección medio ambiental.

Y tú y yo nos sentimos felices por haber aportado nuestro granito de arena en los primeros movimientos de defensa del medio ambiente. Claro que en aquellos tiempos éramos jóvenes y todo nos parecía tan bonito, urgente e importante. Al fin y al cabo aquellos días también fueron el principio de lo nuestro.

... no se trata de romper ventanas,
ni farolas ni de cara,
mejor romper conciencias equivocadas ...
En audición: Macaco "Mamá tierra"

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