Ritmo y compás


Lo bueno de ir despacio es que no se pierden los detalles, ni los importantes ni los insignificantes. Me gusta construir las cosas poco a poco, con una base sólida; así tengo la impresión de que será más difícil que se destruya luego. Ir apuntalando cada paso que doy me permite ir construyéndolo todo con la solidez que creo necesaria para que no sea como ir armando un castillo en el aire expuesto a todos los vientos, a cualquier racha de aire caprichosa. Nunca me gustó la excesiva velocidad, para no correr el riesgo de adelantarme a los acontecimientos y a tus ritmos. Quiero ir a tu lado, no sobrepasarte, pero tampoco quedarme atrás; y si para conseguirlo debo pasar por todas las etapas de una felicidad creciente disfrutando con tranquilidad de cada segundo, entonces, ¿quién no querría hacerlo así? Si el camino hasta hoy fue bonito, ¿para qué correr más?.

Por otra parte, yendo despacito da tiempo a pensar y yo he pensado que quiero ser quien te cuente cuentos e invente historias bonitas, de las que a ti te tanto te gusta escuchar, antes de acostarte.

Yo que soy un animal,
que no entiendo de nada,
que todo me sale mal ...
En audición: Pereza "Pienso en aquella tarde"

0 rastros:

Publicar un comentario

Desde aquí puedes dejar un rastro...