Declarándome


Alguna vez, siendo adolescente, había ensayado ese momento ante el espejo. No en vano estaba catalogado como uno de los momentos más importantes de la vida de una persona. Preparaba discursos sobre las excelencias del amor que eran casi monólogos, iba a ser necesario decir muchas cosas en poco tiempo. Y tenía miedo a trompicarme, a ponerme a tartamudear, a sudar en exceso. Por eso practicaba. Claro que el primer problema pasaba por descubrir el momento adecuado. ¿Cuándo hacerlo? ¿cuánto tiempo hay que esperar? ¿cuál es la forma correcta? Todas esas preguntas revoloteaban por mi cabeza mientras la vida feliz se iba a visitar a otros.

Al final descubrí que en ese momento no hay espejos y que no hacía falta planificar tanto. Ni siquiera había que convencer a nadie con un discurso grandilocuente. Al final descubrí que cuando vas a decir "te quiero, comprometámonos en este amor mientras dure" es posible que la otra persona te entienda casi sin hablar. Y eso facilita enormemente el trabajo.

... yo,
que ya no sé ni hacia dónde mirar,
que en cualquier lado hay un recuerdo más ...
En audición: Conchita "Me voy"

0 rastros:

Publicar un comentario

Desde aquí puedes dejar un rastro...