Educación, en verde


[De la serie textos prestados (XLVII) ...]
(c) Andreu Mir para el diari de Balears

El deterioro de los recursos naturales y los efectos sobre la cotidianeidad han hecho crecer el interés de la población por los valores medioambientales. Los centros ecoambientales dan un impulso a las actividades relativas al cuidado de nuestro entorno natural.

El nacimiento de lo que hoy en día conocemos como Educación Ambiental está estrictamente ligado a la creciente presión antrópica sobre el entorno natural. Este es un proceso que comienza a evidenciar sus consecuencias a partir de la segunda mitad del siglo pasado, en el momento que se hacen perceptibles dos realidades relevantes: el excesivo deterioro que manifiestan determinados recursos naturales -en buena parte resultado del avance del modelo de desarrollo industrial de la época- y, por otra parte, los efectos que estos fenómenos comienzan a tener sobre la cotidianeidad humana.

Sin embargo, aquella incipiente Educación Ambiental de los años setenta ha ido madurando con el paso de los años. Así, el concepto inicial iba ligado a una simple preservación de aquellos elementos que enriquecían la naturaleza, por ejemplo, a la protección de según qué especies de la fauna o la flora. Hoy en día, todos sabemos que esta rama de la educación es mucho más que eso. Ha pasado de ser una disciplina exclusivamente sostenida por ciencias como la biología o la química, a tener una importante vertiente ligada a aspectos económicos y socioculturales. En definitiva, el hombre ha ampliado el zoom y ahora ya no solo limita sus miras a los elementos propios de la naturaleza, sino que también estudia la problemática.

El ecocentro.

A pesar de que coyunturas como la actual crisis económica lo nublen, estos últimos años han presenciado de lleno la explosión de la educación en valores ambientales. Tenemos muestras cada día en nuestro entorno. Las medidas puestas en marcha desde la administración autonómica -tanto desde la cartera de Educación como también desde Medio Ambiente- son muy diversas, pero conviene destacar la consolidación de las escuelas verdes.

Con una cierta tradición, la figura del centro ecoambiental nació hace ya un lustro, durante el curso 2004-2005. Como remarca Vicenç García desde la Consellería de Medio Ambiente del Govern Balear, "las virtudes de estos centros no son otras que las de impulsar la Educación Ambiental en la vida de los centros educativos, dar soporte a los proyectos de ambientalización y también de trabajar en la línea de hacer una contribución efectiva en la lucha contra el cambio climático".

En este sentido, acciones como las de reciclar, ahorrar agua, seleccionar toda clase de residuos, impulsar la reforestación y la creación de huertos ecológicos componen el elenco de características que identifican esta tipología de centros escolares. A estas actividades, durante los últimos meses se ha sumado la reutilización de libros, aunque algunas de estas escuelas ya habían activado propuestas similares anteriormente. Como se puede suponer, la mayor parte de estos centros son de primaria y secundaría; pero aún así, la oferta también llega a los centros para adultos y de educación especial.

Sea como sea, la proliferación de este modelo ha sido constante durante los ultimos años. En el momento que apareció esta nueva manera de entender el espacio formativo (curso 2004-2005), hubo 65 centros adheridos en las Illes Balears. En este último curso escolar (2008-2009), son 219 el número de escuelas e institutos que se han registrado como centros ecoambientales. El de Son Pacs en Palma y Mestre Guillem Galmés en Sant Llorenç des Cardassar, son dos de los integrantes más representativos de esta red.

Apuesta formativa.

Paralelamente a la necesidad de crear espacios y ambientes respetuosos con el entorno, existe la necesidad de formar e informar a los miembors de la comunidad educativas del statu quo medioambiental. Recoger todo el abanico de iniciativas que avanzan en esta dirección se convierte, como poco, en una quimera. He aquí algunos de los últimos proyectos puestos en marcha en la esfera pública. La oferta de cursos y charlas sensibles con el cambio climático, la desforestación o la sostenibilidad se han consolidado en estos últimos años. En este sentido el Govern ofrece formación constante al alumnado. "Tendremos que pasar calor" y "El reto del agua en Menorca" son dos ejemplos de este proyecto en Ibiza y en Menorca. También se da la posibilidad a la comunidad docente de poder acceder a cursos homologados de formación.

De hecho, los maestros y profesores mallorquines que han tenido la oportunidad de acceder al último curso "Descubrimos las islas paseando por los parques naturales" pueden dar fe. Los campos de aprendizaje, las visitas guiadas a espacios protegidos, los concursos escolares y las ayudas económicas de la Consellería de Educación y Cultura terminar de redondear la línea de la Educación Ambiental en nuestra comunidad. Dicho esto, no hay que olvidar el papel que instituciones como el G.O.B. o Amics de la Terra tienen en esta tarea, no en vano estas asociaciones tienen en marcha programas de Educación Ambiental conjuntamente con la administración.

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