Un minuto


Un click metálico, asesino, y dejo de oír su voz. En ese momento cierro los ojos más fuerte todavía y, en general, todos mis músculos se tensionan por encima de lo normal. Siento como una sensación de frío recorre mi cuerpo de punta a punta, es una especie de escalofrío que va de una punta a otra hasta que encuentra una salida y se evapora de mi cuerpo. Mi brazo derecho cae hasta descansar sobre la colcha. Mi mano, que todavía aferra el teléfono con fuerza, se va destensionando lentamente, a la par que el resto del cuerpo. Poco a poco la realidad va cambiando, o la realidad va volviendo, no sé cómo está mejor expresado. Ella se ha evaporado de la realidad consciente y pasa al subconsciente, pasa a su posición de vigilia permanente en mi mente.

Necesito un minuto para ordenar todas mis ideas y mi cuerpo, para que el espacio y el tiempo sean coincidentes y tengan un sentido nuevo, o antiguo, no sé.

Solo entonces me levanto, me pongo las zapatillas y voy a dejar el inalámbrico a su base. Me vuelvo a la cama y me duermo enseguida, no sé bien si por el efecto narcótico de sus mimitos o para que no me alcance la tristeza negra que traería consigo el insomnio.

... quédate conmigo
sólo para ver pasar el tiempo,
quédate conmigo
sólo para ver pasar el frío ...
En audición: Deluxe "Días fríos"

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