Mis sms y yo

Tengo un problema. O sea, tengo otro problema. Soy incapaz de abreviar cuando escribo un sms. Incapaz de abreviar palabras y de sintetizar lo que quiero decir. Necesitaría sms como correos electrónicos, pero eso sería cansado tanto para mí como para el destinatario.

Lo confieso, me declaro incapaz de abreviar porqué en pq, o que en k, o beso en bso e igual con cualquier abreviatura que imagineis. No sirvo para eso, me duele la vista al verlo, no puedo, definitivamente es superior a mí intentar escribir bien (que no siempre se consigue, lo sé). Igual por eso mis sms son un coñazo de mensajes, porque para decir todo lo que quiero decir, todo lo que necesito decir, igual necesitaría tres o cuatro sms. Y no está el horno económico para bollos.

Así que envío sms de subsistencia, de parte de guerra, minimalistas. Me gustaría explicar en un único sms que el cielo es azul y que hay un par de jirones que quieren estudiar para nubes cuando sean grandes, que me levanté contento solo por el hecho de que me dormí pensando en ti, que te echo de menos aunque lo intento llevar lo mejor posible y no deprimirte mucho contándotelo (como si eso te protegiera de algo), que me encantaría que tuvieras un buen día lleno de felicidad y una jornada laboral agradable y que pienses en coger un chaquetilla por si luego, al salir, hace fresquito y que me encanta que cinco (son cinco, recuerda los deditos de la mano) meses después las mariposas sigan revoloteando, que tú tranquila que a mí también me siguen los temblores al revivirlo (hay cosas que vale más revivir que, simplemente, recordar).

Total, que así no hay manera de escribir un sms completo nunca. Alguien debería inventar las cartas instantáneas, que lleguen al móvil inmediatamente, que se puedan dictar de viva voz y enviarse al móvil. Claro que estar cinco minutos escuchándome por las mañanas puede convertirse en todo un ejercicio de masoquismo al que no quiero condenaros.

... el día que llegó

tenía ojeras malvas

y barro en el tacón ...

En audición: Joaquín Sabina "Donde habita el olvido"