Letanía


Y seremos muy felices en nuestro mundo, tan felices que no necesitaremos saber del mundo exterior. Si ellos pueden vivir sin nosotros, nosotros podemos también prescindir de ellos.

Y mientras yo, a la hora de la siesta, ambos tumbados en la cama, con tu cabeza recostada en mi pecho, te cuento una historia que voy inventando en ese preciso momento ("Érase una vez una princesa zíngara que vivía en un remoto castillo ...") tú dibujarás corazoncitos con tu dedo índice en el contorno de mi ombligo. Y todas las historias tendrán final feliz ("... y fueron felices y comieron perdices"), por más que a ti no te gusten las aves de caza.

Y así será como inventaremos nuestra felicidad.

Todo lo que nos pasó
con el tiempo fue a mejor,
todo lo que nos pasó
al contarlo fue mejor ...
En audición: La Costa Brava "Interesantes"

0 rastros:

Publicar un comentario

Desde aquí puedes dejar un rastro...