Treinta razones


No necesité ninguna foto porque me bastó con una puesta de sol, dos miradas cómplices (de ésas que ya había olvidado cómo son), tres sonrisas, cuatro cafés en cinco días, seis abrazos cariñosos, siete besos en la nariz, ocho segundos sin respirar a tu lado, nueve te quiero y diez rosas rojas para conseguir once horas de agujetas en el corazón, doce minutos de carcajadas cada vez que te veía, trece locuras en un día, catorce o quince (no lo recuerdo bien) paseos abrazados, dieciséis rincones que sólo tú y yo conocemos, otros diecisiete secretos nuevos, dieciocho clases de pasteles y tartas que llegamos a contar aquél día en el que me besaste las mejillas exactamente diecinueve veces y esos veinte grados perennes de temperatura. Durante veintiún días al mes me diste veintidós razones por día para ser feliz, veintitrés mil cosas se me pasaron por la cabeza, derramé veinticuatro lágrimas de risa, mostré veinticinco sonrisas de alegría y veintiséis besos frontales de cariño. Resumiendo un poco, veintisiete son las veces que te pienso al día, veintiocho los días que tarda la luna en girar sobre ti, veintinueve el día que me deseaste como regalo y treinta. Treinta son las razones que tengo para seguir queriéndote.
... me escondí en tu paraguas
y empezaron a lloverse las lágrimas ...
En audición: Fania "Pasión gitana"

imprimir

0 rastros:

Publicar un comentario

Desde aquí puedes dejar un rastro...