Inoxidable


A veces cuesta. A veces ni siquiera sé si lo mejor es intentar desviar su atención fuera del problema. Soy un mar de dudas, pero yo lo único que quiero es que mis deseos se cumplan. Que a quien deseo felicidad la tenga. Sólo eso, tampoco es tanto. Pero, a veces, no es posible. Y a mi me gusta que ella se desahogue y que confíe en mi para hacerlo. Aunque yo sufra sabiendo que ella no fue feliz hoy, que sufra por no poder dar grandes respuestas ni grandes soluciones. Ahí me descubro limitado.
 
Llevar su atención fuera del problema es complicado. Porque a mi me interesan sus problemas. Bueno, no, me interesaría más que no tuviera problemas, la verdad. Pero eso es imposible. Yo también estoy en este mundo y sé que los problemas están ahí, a la vuelta de la esquina, azechándonos. Incluso yo mismo, a veces, tengo problemas. Pero mis problemas siempre me parecen menores, como de segunda división o algo así. Entonces hay que actuar con tacto y delicadeza, que no crea que no me importa lo suyo, porque sería una impresión falsa. ¡Me importa tanto todo lo suyo! Que no piense que soy un despreocupado, un inconsciente.
 
Cuando consigo que se relaje junto a mi, me siento genial. Especial. Es como si yo fuera su oasis y me hubiera encontrado en medio del desierto. Aunque bien sé que a ella lo que le encanta es cuidar y no que la cuiden, siempre tan fuerte su fachada, construida contra vientos y mareas. Ella, para mí siempre tan inoxidable e inolvidable.
 
... hace tiempo tuve una amiga a la quería de verdad
una princesa que andaba a dos pasos de sus zapatos de cristal ...
En audición: Christina Rosenvinge "Tú por mi"

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