Cuando se reunió con la jefa de recursos humanos y la que, si superaba la entrevista previa, iba a ser su jefa directa y le dijeron que, para obtener la plaza de secretario, debía depilarse las piernas frecuentemente para lucir elegantemente un pantaloncito corto e ir al gimnasio para desarrollar los músculos pectorales al efecto de que la camisa, convenientemente desabrochada, dejara ver un torso musculado, supo que él no era el tipo de persona a la que estaban buscando.
Aún así, la plaza no tardó mucho en ser cubierta.
... dulces palabras,
mentiras que alguien te hizo creer ...
En audición: Los Hermanos Dalton "Espejos que no devuelven las miradas"
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