- ¿Te apetece ir al cine?
- No.
- ¿Vamos a dar una vuelta por el centro?
- No.
- ¿No quieres que vayamos a mirar los regalos de Navidad?
- No.
- No sé, ¿te apetece salir a tomar un café?
- No.
- ¿Y si te llevo a un restaurante romántico y cenamos?
- No me apetece.
- ¿Llamamos a la peña y montamos una cenita en casa?
- No.
Él ya se está mosqueando ante tanta negativa rotunda.
- Entonces, ¿qué te apetece, una tarde de sofá y televisión?
- No.
Y ella se resigna a saber que él ha sido educado desde su más tierna infancia para reprimir los instintos carnales y que nunca le preguntará por lo que realmente le apetece hacer a ella esa tarde.
... y aún es pronto para ver
si fue un sueño pasajero,
si lo echaremos de menos ...
En audición: Deluxe "Tendremos que esperar"
0 rastros:
Publicar un comentario
Desde aquí puedes dejar un rastro...