Una vez la invité al cine a ver una comedia romántica americana. Mientras estábamos viendo la película vi que se quitaba las gafas, se secaba una lágrima y no se las volvía a poner. A la salida del cine, se lo comenté.
- Pensaba que no veías nada sin gafas.
- Soy miope, ya lo sabes, pero me las quité porque me está saliendo un orzuelo en el ojo. - mintió - Además, me gusto más con gafas, por eso me las quito.
- ¿Te las quitas para gustarte menos? - pregunté asombrado.
- Sí - dijo ella secamente y se puso las gafas con un ademán como de atracadora de bancos, de mujer fatal.
Me pareció tan atractiva y tan guapa que temí enamorarme de ella al instante si no huía rápidamente de allí.
- ¿Por qué te vas tan rápido?
- No lo sé, pero tengo que irme.
Cuando ya estaba a uno cuantos pasos de ella, me gritó demasiado alto para la corta distancia que nos separaba.
- ¡Odio que me digan que estoy guapa!
... yo tengo el calor que tú necesitas,
guardo la flor para calmar tu dolor ...
En audición: Rebeca Jiménez "Despertarme contigo"
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