De ositos


Le despertaron sus besos. Ella estaba besándole lentamente, con deleite. Sus labios viajaban desde el abdomen hasta su boca. Era una mañana bastante calurosa, aunque no sabía bien qué hora debía ser, las once o las doce, o tal vez no, tal vez más pronto o más tarde. De pronto el tiempo no importaba. La habitación estaba en una penumbra insondable. Ella había dormido con una chaqueta de pijama de ositos, él sin nada. Él se quedó mirando el pijama, como si todos los ositos se hubieran puesto cariñosos de golpe y más que con ella, estuviera compartiendo el despertar con ellos.

- Buenos días, cariño - acertó a decir él, antes de abrir los ojos, aún con la voz somnolienta.

Ella le volvió a besar y él se despertó del todo. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que hablaba con ella y no en sueños, de que había dormido con ella y de que ella era todo lo que él tenía.

... ha salido el sol,
arrogante y español
y en tu corazón
llueve a todas horas ...
En audición: Christina Rosenvinge "Animales vertebrados"

0 rastros:

Publicar un comentario

Desde aquí puedes dejar un rastro...