Zona VIP


Lo bueno de trabajar de cara al público es que, a veces, te visita gente importante. Por mi puesto de trabajo ha pasado gente tan importante y variopinta como el futbolista Samuel Eto'o (y un montón más de jugadores del Real Mallorca), la Vicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega o, un asiduo, el ex-Ministro de Trabajo Santiago Rodríguez-Miranda Gómez.

Yo ya me daba por satisfecho con mi lista y, total, tampoco es que les vaya pidiendo autógrafos ni nada de eso, que uno es muy profesional en lo suyo.

Pero claro, cuando se te presenta el hijo de dios delante tuyo, ¿cómo hacer para no ponerte nervioso o para pensar que ya has conocido a todas las celebridades que necesitabas conocer? Pues bien, el pobre (es un decir, porque él perjura que hasta hace milagros y todo) anda buscando quien le reconozca, alguien que certifique que él es el elegido. Y en estas estábamos cuando yo le dije que, como él podría comprender (igual hasta leerme en el pensamiento, vete a saber hasta donde llegan los poderes del todopoderoso) yo no era la persona adecuada para reconocerle tan alto prestigio, así que mejor que se dirigiera al Presidente del Gobierno Español (al parecer él también tenía una pregunta para ZP) que todo lo puede, "aunque sin llegar a su altura", me apresuré a excusarme, no fuera que se mosqueara conmigo.

Explicaba el hijo de dios que había sido expulsado del Vaticano de malos modos por parte de sus parientes que "hacen negocios" con los obispos del Vaticano (supongo que les venderán los trajes o algo así). Total, que ni la Iglesia creía en él, que debe ser algo tan malo como que te pegue tu propio hijo y no te reconozca como padre. Así que no es raro que si lo habían desterrado del Vaticano el Obispo de Mallorca lo echara de su despacho con gaitas destempladas. Ni siquiera la intercesión de su madre, que es la sangre de la virgen maría, sirvió de mucho ante las altas instancias del Vaticano. Yo le recomendé encarecidamente que formulara una petición ante el Sr. Zapatero exponiéndole su situación con total claridad y que él (desde su ateísmo más o menos de bolsillo) decidiera.

Unas horas después volvió a aparecer el hijo de dios en mi oficina. Que ya me extrañó a mí que usara el ascensor en vez de materializarse ante mis ojos, pero bueno, pase, que igual él no quería usar los privilegios inherentes a su cargo. Y sí, traía una carta manuscrita dirigida al sr. Presidente del Gobierno. Vale, también me olió mal que usara un papel sin el membrete oficial suyo, pero, claro, si no está reconocido igual es que aún no puede usar el membrete oficial, yo qué sé, tampoco iba a ponerme tiquismiquis en eso. Al menos su letra es clara y legible como no podía esperarse otra cosa de él. Y tiene un castellano casi perfecto para no saber quién es todavía.

No es que yo sea muy chismoso y tal, pero desde mi cargo debía leer la carta para proceder a su registro oficial. Y ahí ya me he indignado por completo. Dice que domina el sol, la luna y el clima y que ha hecho tres milagros. Y, la verdad, para una persona que todo lo puede como él, haber hecho solo tres milagros en cincuenta y cuatro años de vida que tiene, me parecen pocos. No sé, igual soy muy exigente. Tampoco me ha indignado especialmente que en su escrito se haga llamar Mario Felix porque algún nombre tenía que ponerse mientras le reconocen el suyo. Pero lo que ha colmado el vaso de mi indignación es que pudiendo obrar todos los milagros que quiera, padezca una alopecia galopante. ¡Anda ya! ¿quién querría ser calvo pudiendo conservar su preciosa cabellera?

... hay días en que valdría más
no salir de la cama ...
En audición: Nacho Vegas "Días extraños"

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