Pasando consulta

"Creo que todo empezó cuando me pasé a las clases nocturnas, cuando fui expulsado del paraíso del instituto y bajé a los infiernos. Sí, eso es, debió ser culpa de la oscuridad. Y del aburrimiento vital. Vale, de acuerdo, completemos la escena, también había una chica. Pero ella se quedó en el paraíso. De hecho se perdió en el paraíso porque nunca más volví a saber de ella. Claro que tal vez el que se perdió fui yo. O confundí el infierno con el paraíso. Aunque, seguramente, en realidad, nunca habría sabido de ella ni compartiendo el paraíso. Pero era de noche, todo estaba oscuro, las clases eran muy aburridas y siempre había aulas enormes vacías que ocupar mientras unos profesores que yo no conocía impartían clases a alumnos desmotivados como yo. Y papel y bolígrafo siempre llevaba (lo de los libros era otro cantar, por ejemplo, el libro de francés nunca lo llegué a comprar y, sin ir a clase, sacaba notables en los exámenes). Así que escribía. Poesía. Era más rápido escribir poesía que escribir un relato de ficción. Aunque mi poesía también era de ficción, trataba sobre lo que no fue. Escribía, tachaba, recomponía, buscaba palabras que rimaran con lo que quería decir, a veces rompía todo lo escrito y empezaba de nuevo.

Luego llegó lo del club de jazz y mis salidas nocturnas con papel y bolígrafo".

- Muy bien, por hoy es suficiente, se pasó la hora. La enfermera le extenderá la factura al salir. Nos vemos el miércoles que viene. Buenas tardes.

- Sí, claro, por supuesto.

... tenían razón mis amantes

en eso de que antes

el malo era yo ...

En audición: Joaquín Sabina "19 días y 500 noches"