Poesía - 25 -


De repente la noche
[02-10-08]

De repente la noche
se volvió blanca
o se convirtió
en otra cosa,
no sé bien.
¿Subías tú
o bajaba yo?
estrella fugaz que permanece,
Venus observándonos,
divertida.
Luego tu piel,
mejillas hechas de aire
y de lágrimas
derramadas en otras noches.
Blanca vestal vestías,
negro escondido yo,
mis temores eternos
presentes en la mirada.
Y la noche decidió
aliarse, liarnos,
aceptarnos,
ser nuestra un poco.
Dos más dos
tus pupilas
corrían huidizas
en el flujo de miradas.
De repente la luna
iluminó tu cara
y fue más blanca,
pero no pálida.
Luz, todo fue luz,
tú fuiste luz y
yo estrella
de tu luz vestido.
Y mi negro
fue blanco
y tu blanco
se pareció a ti.
Y desde entonces
las farolas,
los bancos,
las aceras,
los coches,
los restaurantes,
los árboles,
las plazas,
las iglesias,
todas las cosas del mundo
    palidecieron
       se perdieron
          tras de ti
             vacías
                 sin tu mirada en ellas.

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