Más números, otras letras


Tal vez lo mejor del 4 ha sido que consiguiera abrir puertas y ventanas, que dejara pasar el aire fresco y renovado. A veces en calma, a veces un vendaval, esas cosas no siempre pueden controlarse. Eso creo que también lo ha aprendido. Lo mejor del 4 ha sido el 2, empezamos en 7 y acabamos en 8, pero el 2 fue una constante. Bromeabas sobre el 7 del 7 y no fue allí donde algo cambió. Claro que, algo cambió, e igual los sietes eran solo una excusa, un punto en el que apoyarse. Te atreviste a pedir 1 deseo el 29 y se te cumplió (no quiero quitar méritos a la tarea pero era fácil, era unir 2 voluntades coincidentes). El 2 del 10, en el primer cruce de miradas, te hice levantar de la silla y andar (andaba yo algo perdido cerca de tu castillo, tenías que venir a rescatarme). Luego todo siguió rodando lentamente, sobre baldosas amarillas. Tras 3 encuentros algo cambió. Las ventanas seguían abiertas y, de pronto, el viento dejó de soplar en contra o, para ser exactos, nosotros 2 creímos que dejaba de soplar en contra, o, mejor aún, dejamos de preocuparnos del viento. Y el 1 fue el primero, el más mágico, luego vinieron más, pero llegó 1 problema que nos frenó, sin embargo no perdimos la cuenta (siempre hay que hacer caso a las personas mayores) y conseguimos ponernos al día. Desde ese 1 empezamos a caminar más juntos si cabe, más felices si cabe. Creo que el año, en general, ha sido bueno.

Llega el 5, tiempo habrá de analizarlo. Dentro de 1 año.

0 rastros:

Publicar un comentario

Desde aquí puedes dejar un rastro...