Ex libris


Ser librero. Esa es una profesión que me encantaría ejercer. Y, sobre todo, esa complicidad que se da con los clientes habituales, que ya no son clientes si no lectores. Saber decirle a la gente qué leer y qué no leer; preguntarles qué tal están, conocer sus vidas e interesarme por ellas, apreciar si entran en mi librería con una pareja nueva, con un carrito de bebé, o saber de ellos por el libro que se llevan para regalo. Decirles que hay algo nuevo para sus mamás. Que Bolaño ha editado un nuevo libro, que lo último de Vila-Matas es altamente recomendable. Que no les cuelen un libro que es un fraude a la lectura. Que entró algo nuevo en poesía que, seguramente, le interesaría porque sabes que esa persona es poseedora de una sensibilidad especial.

Saber que en unos días parte de vacaciones y recomendarle alguna lectura ligera para ese tiempo de relax. No dejarle marchar sin la novedad editorial que bajo ningún concepto puede dejar de leer; recomendarle de nuevo ese otro libro que la última vez se resistió a tomar en cuenta. Reírnos juntos de la crítica literaria de tal periódico o tal crítico. Hacerle un descuento sobre el libro que con locura siempre quiso leer y yo me encargué de conseguirle removiendo cielo y tierra en todas las distribuidoras.

Cuidar todos los libros como obras de arte que son y hacer que la relación pase a ser de cliente y comprador a librero y lector. Lo más de lo más.

... te veo muy distinta,
es nuevo ese carmín.
Estás mucho más guapa,
será que te embellece ser feliz ...
En audición: Luis Eduardo Aute "Pasaba por aquí"
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